Profe, ¿nos cambia el examen?

Lo que ha sucedido hoy en la Liga ha sido el súmum. Nuestra competición (la Liga y la Copa) me han recordado a un patio de colegio. Un colegio malo que sobrevive gracias a la calidad de los alumnos y de sus calificaciones. Y porque llegan lejos. Si dependiera de la RFEF o de la LFP íbamos apañados. Primero con el tute a la Copa: sobre la marcha, como si no costara, Villar y sus secuaces decidían cambiar quiénes participaban en primera o segunda ronda y las fechas. Y hoy, cuando el calendario más aprieta, la Liga trata de pasarse por el forro el mandato de la FIFA de acabar antes del 14 de mayo.Cuando se cambiaban las fechas de los exámenes en el colegio aquello era un desmadre: al final se acumulaba todo, nadie se aclaraba y siempre estaba permanente la sensación de desorden. Y ahora, la Liga, como ese profesor malo, que se ve sin fechas para dar toda la materia, pide al Ministerio (con un par) que las vacaciones empiecen más tarde. Prefiere que los más aventajados tengan menos tiempo para preparar su selectividad del mes de junio y que nos salga un buen Mundial a que se dispute un partido que, pues qué se le va a hacer, llovió, pues llovió, no hay más. Mala suerte, pero no podemos andar con este circo. Ahora llega el final del curso y recuerdo los sudores que me subían cuando alguien decía: «¿profe, nos cambia el examen?» y al final, se juntaba todo, la agenda era un desastre y lo mejor era acabar cuanto antes todo.